Thursday, December 2, 2010

Ensayo 4: Ensayo argumentativo - La mala influencia que tienen los narcotraficantes en las vidas de los jóvenes en México

El poder que poseen los carteles de drogas y los narcotraficantes en México ha subido mucho en los últimos años y con su crecimiento ha aumentado la cantidad de narcoviolencia también. Las vidas de la gente que viven cerca de los narcotraficantes siempre están en peligro. Los más afectados son los  mexicanos jóvenes, específicamente de los niños de las calles, quienes están reclutados por los carteles como niño narco-sicarios. Ser narco-sicario es un estilo de vida muy peligroso. Los carteles, en su ruta para ganar más poder y dinero, posan amanzana en las vidas de los jóvenes.
                En los últimos años, se ha hecho evidente que los carteles están reclutando niños ahora más que antes. El ejemplo más reciente es el nuevo sicario “El Ponchis,” un niño de doce años de edad. Las autoridades están buscando al joven que trabaja por el cartel del Pacífico Sur, un cartel que lucha por poder en el comercio de la cocaína. Las autoridades dicen que el joven ya ha asesinado a mucha gente en Morelos, un estado en el centro de México que queda cerca de la Ciudad de México.  Trabaja con unas chicas, unas de ellas que son sus hermanas. Son dirigidos por el jefe del cartel, como si fueran adultos.  “El Ponchis” es sólo un ejemplo de uno de los niños alquilados por los carteles.
Reciente, los carteles han empezado emplear tácticas para reclutar a los jóvenes desafortunados ofreciéndoles dinero y drogas a cambio por su trabajo.  Frecuentemente, los sicarios que son menores de edad vienen de las calles o tienen malas relaciones con sus familias y  muchos ya están involucrados en actividades criminales. El presidente Felipe Calderón dice que, “hay en zonas de mayor violencia del país un reclutamiento interminable de jóvenes sin esperanza, sin familia, sin oportunidades.”  Los jóvenes que no tienen algo seguro en sus vidas a veces eligen afiliarse a los carteles que les ofrecen algo para que puedan vivir, como dinero para soportar a su mismo y a veces a su familia. A los carteles les gusta contratar a los jóvenes porque cobran menos que los sicarios de mayor edad y son fáciles de seducir con las drogas. A los jóvenes les gusta cobrar sus recompensas por su trabajo.
Es evidente que los niños sicarios son unos de los asesinos más peligrosos que hay. Cristian García Martínez, un niño sicario, dice que cada vez que asesinan a alguien que los narcotraficantes les mandan a hacerlo, cobran 3.000 dólares. Esto es bastante dinero para los niños que no tienen familia o quienes necesitan cobrar dinero para sus familias. A veces necesitan tanto el dinero que matan a otros inocentes en lugar de los que deberían haber asesinado, dice Martínez. Los niños son tan peligrosos que toman medidas tan drásticas como matar a gente inocente.
 In adición, hay varias razones porque los niños quieren ser parte de los carteles. Los narcotraficantes pueden ofrecer drogas a los niños de las calles que son adictos a las drogas como el Resistol, la marihuana o la heroína.  Además, los carteles ofrecen otra opción para los jóvenes que, si no fuera por los carteles, estarían encarcelados o que tendrían que reunirse con sus familias abusadoras. Algunos niños dicen que admiran a los jefes de los carteles por su estilo de vida y por la facilidad de cobrar dinero en esa posición y por eso quieren estar en los carteles. Sin importar si eligen unirse con los carteles por recompensación o sólo por querer, se puede decir con seguridad que los niños continuarán afiliarse con el tráfico de las drogas.
Desafortunadamente, es probable que la pobreza y necesidad de los niños de las calles siempre nunca desaparezca. Con la ilusión que está pintada de cómo es la vida de los narcotraficantes y los carteles  en México junto a la pobreza y existencia, los jóvenes seguirían involucrándose en el narcotráfico.
                 
Comunidad de escritura:
Rory Tolentino, Ally Gillespie, Chelsey Faloona, Alex Smith
Material de soporte:
Los carteles mexicanos usan a menores de edad como sicarios – una noticia de Terra
Autoridades México buscan a narco-sicario de 12 años – una noticia de Terra
Niños forman "mini-cártel" - una notica de El Sol de Parral

Wednesday, December 1, 2010

Ensayo 3: Ensayo expositivo - El efecto que tiene el gobierno mexicano con el narcoviolencia


                Con la demanda constante para las drogas ilegales, México, como otros países, se ha involucrado en el tráfico de drogas.  El número de carteles y narcotraficantes ha subido mucho en las últimas décadas y es un problema que afecta no sólo a México sino también a otros países.  La violencia relacionada al narcotráfico ha subido drásticamente, especialmente con el involucramiento del gobierno y otras organizaciones.  En las últimas décadas, el gobierno mexicano se ha puesto luchar contra la expansión y la escalada de poder de los carteles narcotráficos, con éxito cuestionable.
                En diciembre de 2006, Felipe Calderón, el presidente de México, lanzó una esfuerza contra los carteles.  Desde entonces el número de las tropas luchando en oposición de los narcotráficos ha aumentado drásticamente. Desde el principio del narcotráfico, miles de personas han sufridos por culpa de los carteles y los narcotraficantes. Ahora, con el aumento del involucramiento del gobierno, el número de las victimas ha subido también. Entre 2006 y 2010, más de 28 mil personas han muerto en relación al narcotráfico, una figura impresionante que muestra el poder y el peligro que poseen los carteles y los individuales que trabajan dentro de estos. Es posible vincular la participación del gobierno en la lucha contra el desarrollo de narcoviolencia.
                En octubre de 2010, la policía mexicana confiscó 134 toneladas de marihuana en ruta a los Estados Unidos del cartel Juárez. Una semana después, una masacre dejó catorce muertos en una fiesta en Ciudad Juárez. Menos de 48 horas después, otra masacre dejó trece personas muertos en un centro de rehabilitación de drogas en una zona del ciudad de Tijuana. Después del ataque en el centro de rehabilitación, unas personas dijeron por la frecuencia del radio policial que la masacre era “una prueba de lo que es Juárez.” Además, las voces desconocidas sugirieron que serán 135 muertos en total, algo que a muchos parece relacionado a las 134 toneladas de marihuana confiscadas antes este mes. Este ejemplo muestra como no les importan a los narcotraficantes a quienes matan.  Es decir, las victimas puedan ser relacionadas o no a los carteles o con las drogas.
                Los carteles también luchan contra los que presentan peligro para sus operaciones; matan a los oficiales y las personas asociados quienes tienen algún poder. Por ejemplo, el número de los policías asesinados ha subido mucho desde que el gobierno se involucró. En sólo seis meses, desde enero hasta junio del 2010, murieron 500 miembros de las policías municipales, estatales y federales. Sus muertos han sido ligados a los carteles de drogas. Esto fortalece la idea de que los narcotraficantes están dirigiendo su violencia a la gente que tiene poder en el gobierno y a quienes se involucran en sus negocios. Por otro lado, es importe notar que no sólo sean las policías que hay que preocuparse. En otras palabras, todos que se oponen a los carteles hay que preocuparse también. Un ejemplo de esto es en la retaliación contra los carcelarios, con la muerte de Gerardo Ortiz siendo un buen ejemplo.  Los miembros del cartel que le mataron intentaron dos veces de matarle y, en el proceso, mataron diez personas sin relación con los carteles o con las drogas.
En mi opinión, creo que es cierto que a los narcotraficantes no les gusta la oposición que posa el gobierno mexicano y los que trabajan en relaciones cercas de ellos. Esto me parece evidente porque cuando el gobierno se involucra en el asunto del narcotráfico, los carteles encuentran venganza. Pienso que en general, el gobierno realmente trata de ayudar mientras que intenta de disminuir la presencia del narcotráfico.  Sin embargo, es claro que con cada esfuerzo que hace el gobierno contra el narcotráfico, sube la narcoviolencia. Como dice José Luis Soberanes, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, “Es hora de que el gobierno genere un plan para regresar los militares a los cuarteles y dejar de exponerlos en misiones para las que no están preparados. Será por el bien de los derechos humanos y del propio ejército.” Hasta que encuentren un método para cumplir sus misiones con éxito, el gobierno debe tomar en cuenta los riesgos para el público como para la reputación internacional de México con cada intento de parar al narcotráfico, la narcoviolencia y los narcotraficantes. Hay que pensar en la cuestión ¿vale la pena tantas muertes para dejar a unos pocos miembros influyentes de los carteles? Tal vez. De cualquier modo, muchos morirían y es por doble culpa del gobierno y de los carteles.

Comunidad de escritura:
Jen Tolin, Alex Smith, Rey Coriano
Material de soporte: