Ensayo 2: Ensayo narrativo - Una historia inolvidable: La investigación de las drogas y los huesos

Hace un año, fui a México con mi familia. Fueron unas vacaciones llenas de visitas turísticas: fuimos de compras, pasamos tiempo en las playas, comimos en restaurantes y visitamos sitios precolombinos.  Después de pasar dos semanas ahí, regresamos a los Estados Unidos, listos para regresar a nuestras vidas normales, sin tener muchas cosas que hacer.  Mi abuela se había quedado en nuestra casa mientras estábamos de vacaciones.  Al llegar a casa, mi abuela nos saludó e inmediatamente le dio a mi padre una tarjeta de negocios con el nombre y el número de un investigador privado.  Le contó a mi papá que el investigador había venido a la casa el día anterior y que quería hablar con él de algo muy importante.

Mientras que mi padre llamaba al investigador para arreglar una cita  con él, yo le contaba a mi abuela de nuestras vacaciones.  Le conté de la gente, de los colores y de la música con muchos ritmos diferentes.  Le expliqué cómo era la comida ahí y de todos los sabores especiales de la comida mexicana.  También, le detallé cómo fueron todas nuestras excursiones a los distintos lugares, desde las playas hasta los mercados.  Cuando terminé de contarle de las vacaciones, mi papá ya había colgado el teléfono.

            Al día siguiente, mi padre se fue a la estación de policía.  Él y el investigador se reunieron por unas horas mientras que nosotros estábamos a la expectativa de su regreso.  Cuando él regresó a la casa, nos contó de lo que había pasado en la reunión: el investigador le había preguntado de todos los detalles de nuestro itinerario de México.  Como mi padre no sabía por qué tenía que estar ahí, se sentía muy confundido, aunque respondió a todos las preguntas y explicó acerca de todas las actividades que hicimos.  Después de saber lo que habíamos hecho, el investigador le preguntó de todos nuestros encuentros con los mexicanos y de lo que obteníamos allá.

Así, mi padre reveló todo que pasó en las vacaciones, desde la salida del país hasta el regreso a los Estados Unidos.  Tuvo que dar su testimonio varias veces para que le creyera. Finalmente, el investigador privado le contó a mi papá que pensaba que él estaba involucrado con un grupo mexicano que robaba y vendía huesos y drogas en el mercado negro.  Mi papá se sorprendió tanto de lo que se quedó sin hablar hasta que finalmente empezó a reírse.  Cuando le preguntó si era una broma, el investigador sonrió y le dijo que no, pero que no debía preocuparse porque ahora estaba casi seguro de que mi padre era inocente.

           Al escuchar esta historia, mi familia se preocupó mucho por estas investigaciones hasta que a la semana siguiente mi padre recibió la llamada del investigador. Nos preocupamos porque él hablaba en voz baja pero al final suspiró de alivio.  Luego, giró lentamente con una sonrisa y nos contó que el investigador se había disculpado por involucrarse en nuestras vidas otra vez.  Él le contó que habían encontrado a los miembros del grupo criminal y que quería disculparse por pensar que mi papá era uno de los involucrados.  Mi padre empezó a reírse.  Por fin, pudimos volver a nuestras vidas normales sin preocuparnos de lo que estaba pasando con la investigación.

Comunidad de escritura:
Rory Tolentino, Ally Gillespie, Alex Smith, Chelsey Faloona

Material de soporte:

Ejemplo de la historia de un ladrón de huesos